Reseña de “Bruma”, Particulares (Santa Fe)
Cuando se despeja la Bruma, el sendero se abre
Por Juan Almará
¿Crecer implica cambiar? ¿Puede un proyecto artístico diversificarse y mantener al mismo tiempo su marca de origen?
En 2023, la banda santafesina Particulares volvió al ruedo discográfico con “Bruma”, después de nueve años de su último disco de estudio (“Rock Rex Regula” de 2014) y siete de su EP de versiones “Deluxe”, de 2016. Con 25 años de trayectoria, el proyecto creado por el bajista y cantante José “Gorrión” Alfageme (miembro fundador y único integrante constante desde sus inicios) es un ejemplo de cómo crecer incorporando diferentes influencias y sonoridades, pero sin perder la esencia rockera y directa que los define. Por más que pasen los años y las formaciones y nombres, cambien, Particulares suena a Particulares.
Desde sus orígenes rockabilly, cuando se denominaban Particulares ‘50, a su actualidad de Particulares a secas, pasando por su etapa de Particulares Rockin Orquesta, el grupo ha cambiado integrantes y experimentado en diverso géneros, pero su naturaleza continúa invariable.
Contradiciendo su significado “Bruma” despeja y enriquece el camino, mostrando nuevos senderos por los que seguir caminando. El disco fue editado en julio de 2023, con la producción artística de Particulares y Cristian Giunta. Actualmente, el grupo está compuesto por José Alfageme en bajo y voz, José Chemes en guitarra y voz, Esteban Fernández en guitarra y coros y José Giménez en batería y coros.
Tema por tema
Manantial abre el juego y corre con la velocidad del agua que se escurre en la calle durante una feroz tormenta. Con la urgencia del profeta, José Chemes despliega metáforas que unen la búsqueda espiritual con elementos de la naturaleza, paisajes urbanos y de ensueño: “Sólo tenés que escuchar bajo el ruido de la ciudad / cuando por fin logres apagar / las luces que encandilan tus pensamientos” o “Manantial real o espejismo visual, agua dulce en el desierto / el incendio empezó, solo puedo esperar que no lo traigan los vientos hacia acá” y también “Purifica fuego y todo será nuevo / un guerrero celestial”.
Musicalmente, la canción combina la sólida base del tándem bajo-batería de Gorrión Alfageme y José Giménez respectivamente, con los cristalinos acordes de las guitarras de José Chemes y Esteban Fernández. Con una esencia que combina la prisa del post punk con melodías new wave, “Manantial” marca la línea de lo que será el resto del álbum.
“Todo bien/Todo mal” es otra veloz apuesta atravesada palmo a palmo por un riff punzante y enriquecida por los sintetizadores de Nicolás López Soto, que participa como invitado durante este tema y el resto del disco, casi como un miembro fijo. La letra describe en primera persona, las idas y vueltas de un vínculo complejo: “Debo procesar, debo leer entre líneas y anticiparme / a lo que vas a hacer ahora, yo te quiero ayudar” y un estribillo que repite “No sé si todo bien o todo mal” / tira luz sobre mi que no puedo dejar de pensar”. El sostenido solo de su último tramo se diluye lentamente en guitarras acústicas hasta apagarse.
“Lado Salvaje” es el tercer track y continúa la saga de temas vertiginosos y al frente. La alienación y la enajenación cotidiana domina sus líneas: “¿Cuál es la fuerza que mueve a la gente? / Si el mundo es una locura total / Impredecible se ponen las mentes / Nunca sabés que esperar”. “En la ciudad una esquina doblás y después te perdés para siempre”, canta Chemes, mientras su voz se hunde y un teléfono empieza a sonar, mientras una voz grita “¡Hola!” sin obtener respuesta, acentuando la idea de desconexión.
“Karma Ya” promedia el álbum y marca el primer respiro en la escucha. Si bien no es una balada, baja cambios respecto a sus antecesores. Siempre con las guitarras llevando adelante las melodías, y moviéndose entre sintetizadores, la canción se explaya sobre la reconocida ley universal de causa y efecto: “Llama karma ya, no es casualidad, es causalidad lo que te pasa” y “Rebotan en el paredón las flechas que soltaste ayer / vos prestá atención / todo lo que va después volverá a vos”.
“Gran Escena” sigue con la vibra new wave a la vez que narra una historia que juega con referencias cinematográficas: “Acción, tengo una misión, levantar aquí una casa / y sobre esta tensión, ya ajusté un guión, pero nada nunca pasa” / voy rodando ficción / cuál es el motor, si el suspenso no me alcanza?” La canción alcanza su clímax en un pasaje cargado de referencias a los 80s, en el que conviven sintes, efectos vocales y baterías electrónicas, mientras Chemes repite: “La escena viene así / vamos los dos ahí / principio nudo y fin / donde querramos, la mente reposamos”.
“Altas Mareas” es otro ejemplo de la búsqueda actual del grupo, mixturando una historia de exploración personal que flota entre colchones de guitarras y solos punzantes.
Sobre el final “Perro viejo” retoma el espíritu rockero clásico de la banda. Gorrión toma la posta para contar la historia de un fiel amigo callejero que no se despega de su dueño: “Colgás tu talismán sobre su corazón / te sigue hasta el final / no tiene solución” y “Es como un samurai / es pura convicción / dónde vos vas, él va / puede morir por vos”.
Ver por primera vez lo ya conocido
El video de Manantial muestra a la banda tocando en el interior de una casa costera, y en un pasaje instrumental, aparece en pantalla la hoja de un cuaderno con un fragmento del poema “Cuando el niño era niño”, del escritor austriáco Peter Handke:
“Cuando el niño era niño, caminaba balanceando los brazos. caminaba con los brazos colgando, quería que el arroyo fuera un río, el río un torrente, y ese charco el mar.
Cuando el niño era niño, no sabía que era niño, todo estaba lleno de alma para él, y todas las almas eran una”
Esa mirada, que describe el contacto inicial de un niño con el mundo que lo rodea, va de la mano con la nueva exploración estética de Particulares: tirar líneas a nuevos mundos, descubrir y apropiarse de sonoridades ya existentes, pero desde una perspectiva propia y emotiva.

