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Hacemos lo que nos gusta porque nos vamos a morir - por Lucia Cordoba

 

HACEMOS LO QUE NOS GUSTA PORQUE NOS VAMOS A MORIR

El “Memento Mori” llega sobre ruedas y a toda velocidad desde el conurbano sur con el rock and roll de los Autos Robados.

“Soy una persona mayor”, aclara Federico Soto reiteradas veces (es subjetivo) pero detrás de esa afirmación - que ya es casi una muletilla - se oculta una verdad irrefutable; y es que el reconocimiento como cantante, compositor y frontman de un grupo de rock le llegó de más grande. A diferencia de otras bandas de rock and roll, nacidas y criadas en el transcurso de la década del 90 y principios del 2000, Autos Robados da sus primeros pasos en la escena del rock quilmeña en 2015 (en diciembre se cumplen 10 años, 10 años de trayectoria de la banda que en este último año y medio tuvo un crecimiento desproporcionado - bancando la desproporción - ).

Algunos de sus colegas músicos, de bandas ya extintas - o por extinguirse -, gente que vivió la efervescencia del rock and roll de los 90s y principios del 2000 sobre los escenarios de los antros más concurridos del país, dicen con una nostalgia extremadamente deprimente que quizás ahí radica la clave: el poder afrontar el reconocimiento en la edad madura, el saber transitar el éxito de forma consciente. Afirmar esto sería en gran medida subestimar la potencia creadora y lo que genera esta banda en el público. Todo lo que es Autos Robados.

En los 90’s Federico estaba muy ocupado en bares y fiestas de rock escuchando los Ramones con sus amigos. 1993, un himno instalado hoy en día entre los fanáticos de Autos Robados, es el registro lírico de esto.

— Hay una frase de 1993 que los fans de Autos tomaron como lema y aparece también en un tema de Hermética… Oxidarse o resistir.
— En realidad, cuando era chico, a los 14 años escuchaba Hermética. Mis amigos eran todos heavys y punkies, y Hermética es parte de mi vida. Después, hace poco, leyendo un mensaje que nos dejaron en la canción en Youtube, me enteré que también es parte de una letra de Manal, y quedé sorprendido porque no sabía de la conexión esa. O sea, Hermética hizo lo mismo con una frase de Manal. Y eso que a mí me gusta Manal pero cuando escribí 1993 estaba pensando en esa frase por el tema de Hermética.

La muerte es una temática recurrente en los temas de Autos Robados. Pero no tanto en el sentido fatalista, (aunque 2 y diagonal nos interpela profundamente con “Quiero morir y recién son las 10” - una oda al tedio y frustración que cualquier laburante promedio sufre en este hermoso país, aprisionado, sin poder escapar de un trabajo que no le gusta, que más bien… odia-) sino también como mensaje y recordatorio: “Acordate de que te vas a morir, viví la vida, hacé lo que te gusta”. El famoso Memento Mori que sigue tan presente en la lírica contemporánea:
Esta noche con mis amigos vamos a morir / esta noche todos vamos a morir / vamos a morir. (El Muerto)

No es casualidad que todo el arte que rodea a la banda (flyers, portadas de discos, fotos) esté plagado de calaveras, tumbas, fantasmas… y la gente… LA GENTE que ha decidido encarnar estos personajes que aparecen en los diseños y asistir disfrazada a los shows: esqueletos, fantasmas… porque no es suficiente tener el póster o la remera, HAY QUE SER EL PERSONAJE.

— Los diseños de los flyers y las remeras los hacés vos, ¿desde cuándo te viene esa faceta de diseñador? ¿Podés contar algo del proceso creativo?
— En realidad dibujo desde siempre y siempre me encargué de hacer los diseños para los volantes, los flyers y las remeras de las bandas que tuve. Ya de chiquito dibujaba, me encantaba. Me acuerdo que cuando empecé, agarraba los vinilos de mi papá y trataba de copiar los dibujos de las portadas. Los vinilos me encantaban. Y eso fue lo primero. Nunca me sentí diseñador, soy más un “acomodador de calaveras", un curioso, un investigador. Siempre me gustaron la música y el dibujo. No es algo que me encontré en el camino y tuve que resolver, siempre me gustaron los programas de diseño: me compré una computadora y lo primero que hice fue tratar de instalar el Corel, porque era el programa que conocía y usaba ese.

La muerte también aparece en las canciones para desafiarla —si insisto sé que la muerte encontraré o cruzando siempre sin mirar— son claros ejemplos de esto. Los excesos y las conductas temerarias contadas de forma simple y cruda. Como el mismísimo conurbano profundo: simple y crudo. Toda gente de la calle jugando a morir.

Nota: Autos Robados ha inspirado a varios artistas (tatuadores, ilustradores, diseñadores, escritores) en sus obras. También circula fan art en internet y los fans han creado crónicas, poemas y hasta diseños con inteligencia artificial de gran calidad.

Los Terribles y Jinetes de la Muerte son dos canciones con las cuales los fans se sienten muy identificados, hasta pareciera que hablan de ellos. Inclusive ellos mismos se autodenominan “Los Terribles”. ¿Creés que el hecho de que los seguidores se sientan tan identificados con las canciones es un pilar fundamental para tanta fidelidad?
— Sí, además creo que todas esas cosas que ellos hacen influyen directamente en la magnitud que tomó todo esto en el último tiempo. Todo forma parte del todo: la locura por las remeras, que entre ellos formen un gran grupo que se junta antes del show, que vengan en micros de diferentes lados, que venga alguien disfrazado de la muerte, que venga alguien disfrazado de fantasma.

A veces pienso, siento, que los fans están conectados a través de dendritas y que es por allí donde se conduce la electricidad de los Autos Robados. El núcleo duro es un grupo consolidado, pero siempre reciben con los brazos abiertos y con lentes de sol negros (en plena noche y en lugares cerrados) a quien quiera sumarse a esta obsesión.

Navidad e Invisible son otros dos temas que el fanático de Autos los canta con mucho sentimiento, los relacionan con vivencias y experiencias personales. He visto fans cantar (gritar) “puse una soga en mi cuello / ahora trato de vivir con eso” con una mano en el corazón, los ojos cerrados y elevando su rostro hacia el cielo...
— De Invisible yo tenía algunas frases y pasó algo… después de eso, fui a la sala y terminé toda la letra de un tirón. Le pasó algo a un conocido que nos viene a ver, nunca le dije y tampoco creo que él lo sepa. Ni se debe imaginar que yo a la canción la terminé por eso. Cuando falleció su hijo, quedé muy golpeado, nunca le dije. Lo que más me afectó fue el hecho de que él ya sabía que se iba a morir porque estaba muy enfermo.

— ¿Te llegan los comentarios de los seguidores con respecto a estos temas o por qué se sienten identificados?
Sí. Navidad e Invisible, de alguna manera, transmiten un poco de dolor, y a todo aquel que tenga alguna herida o haya atravesado algún tipo de dolor, les pega.

— ¿Qué te pasa a vos con eso?
Me gusta no hablar de algo demasiado en particular en los temas y tratar solamente de escribir lo que siento.

Un año atrás, la banda tuvo una venta decente de entradas para su show en el mítico Club Tucumán de Quilmes. Hace dos semanas el sold out en este mismo lugar se logró en cuestión de unas pocas horas y con el pedido desesperado de los fans de hacer un doblete. Federico Soto es de los que tienen el ‘NO’ fácil. Ya decía Mariana Enriquez en Porque demasiado no es suficiente que el peor error de un músico es concederle todos los deseos a sus fans. Y de esto, Soto sabe mucho. La realidad es que los Autos vienen agotando todas sus presentaciones y en muy poco tiempo. También remeras (pero eso es otra historia). El Teatrito del próximo sábado 23 de agosto se agotó en tan solo siete horas luego de lanzar el comunicado en las redes sociales de la banda, y tomaron la decisión de agregar un show más el viernes 22. Que también se agotó a los pocos días.

— ¿Cómo te llevás con el tema de las redes sociales?
— Son fundamentales, todo lo que hacemos es por medio de ellas, hoy en día es el canal de todo. No sé de qué manera lo haríamos sin las redes sociales, toda la comunicación de la banda pasa por Instagram y Facebook, no usamos otro medio de comunicación. Hemos pegado carteles, repartido volantes, invitado a gente por llamado telefónico pero hoy en día las redes son el canal fundamental de comunicación que tenemos.

— ¿Y el “boca en boca”?
— Hoy el “boca en boca” también sucede a través de las redes sociales. Y a su vez, le da más magnitud, porque si alguien te viene a ver y empieza a compartir tus temas en sus redes, capaz te escuchan varios amigos o seguidores de esa persona. Esto es lo que nos está pasando a nosotros hoy, puntualmente.

— Hay mucho laburo detrás de las redes de Autos…
— Si lo pensás en profundidad, las redes son una herramienta gratis que te permiten no depender de nadie, ni tener que pagar publicidad, carteles, etc. Es tremendo, pero hay que aprender a usarlas… nosotros hoy encontramos una forma, un sistema (después de mucha investigación y análisis) que nos funciona. Y si bien son una herramienta gratuita, la verdad es que hay mucho laburo detrás de cada publicación que hacemos. Capaz que vos ves un flyer y pensás que es una boludés, pero a mí me costó llegar hasta ahí. Hay todo un camino recorrido, una búsqueda conceptual, mucho tiempo invertido.
Incluso de la forma en que trabajamos: nosotros desde la primera vez que tocamos ya teníamos una fotógrafa e hicimos un álbum de fotos, por ejemplo. Por esto digo que desde el principio siempre hubo una intención desde toda la parte visual, prestar mucho cuidado a eso. Y al fin y al cabo, es la forma en que se comunica todo en las redes.

— Retomando lo que hablamos en el inicio, ¿qué significa para vos, hoy en día “oxidarse o resistir”?
— Creo que es una declaración de principios: un mensaje de resistencia, de fortaleza, de entereza. Desde siempre. Atraviesa todos los contextos sociales y políticos en los diferentes momentos de la historia. Es también, una forma de ver y vivir la vida.

Autos Robados llegó para decirnos que el rock and roll no está muerto. No nos los dice verbalmente, jamás van a escuchar esta frase salir de la boca de Federico Soto, pero los Autos Robados te lo demuestran. Te lo demuestran en las canciones, te lo demuestran en los shows en vivo, te lo demuestra la energía de la gente que los va a ver. Se dice que lo que importa, al fin y al cabo, son los hechos (y es lo único que realmente importa).

Hace un año y medio, una seguidora escribió un comentario en una foto de la banda en instagram:
“Formo parte de una generación que no pudo vivir el rock and roll argentino en su máxima expresión en la década de los 90s, pero estoy muy segura de que ir a ver a Autos Robados es lo más parecido a eso.”

Sin querer caer en el pensamiento romántico / nostálgico que todo pasado fue mejor (aunque la actualidad social, económica y política de Argentina nos lo enrostra todo el tiempo - voy a matar al león -), Autos Robados rescata la energía de los shows que tanto añoramos y la instala en este espacio - tiempo. Una energía que se canaliza a través del sonido de la banda cuando tocan en vivo y que termina de explotar abajo del escenario: entre el humo; los gritos; el sudor; los saltos; los empujones; los vasos de plástico de cerveza lanzados a los cielos en los momentos más explosivos de cada tema; y las banderas, en donde se inscriben los nombres de los barrios más profundos del conurbano entre frases de sus canciones.

Para explicar la mística que se genera entre los Autos y su público, no hay palabras. Hay que vivirlo. Alguien dijo una vez “y no sé cómo explicarlo porque sentirlo es mejor” y sí, a los Autos tenés que sentirlos, sentirlos con la intensidad de su público que arde y se prende fuego con cada tema… sentirlos con el alma y con el corazón. Porque más que amor, se siente como una obsesión.

✍️ Lucía Victoria Córdoba - 17 de agosto de 2025