3 CUOTAS SIN INTERES CON DÉBITO A TRAVES DE GOCUOTAS - 10% OFF ABONANDO POR TRANSFERENCIA - ENVÍOS A TODO EL MUNDO
Un dia voy a ser otra distinta - por Pía Molina

Fotografía: Laura Malagón

Un dia voy a ser otra distinta

Por Pía Molina

 

El sol quema los yuyos altos, que a simple vista nunca han sido cortados. El auto pasa la tranquera abierta recorriendo las huellas de ruedas anteriores, y ahí está Juana, parada sobre una pequeña pendiente, saludando con entusiasmo. El pelo se le mezcla con esos yuyos amarillentos, secos, tostados al sol. Solo se le puede ver la cara, como si la cabeza flotara y se moviera entre la vegetación. Este campo es su casa, muy poco parecida a lo que se puede esperar de una artista con casi 30 años de trayectoria en la música. Pero sí, la casa de Juana Molina en Ingeniero Maschwitz termina siendo coherente con su estética. Mientras camina por el medio de los yuyos señala hacia un lugar indeterminado allá está la sala de ensayo, recién terminamos. Su voz suave y dulce formando oraciones amables contrasta con su ropa de peón de campo con botas de lluvia en pleno verano. 

Es la previa a su show conceptual Friggatriscaidecafobia en el Complejo Art Media, un concierto especial que intercala proyecciones y una puesta en escena elaborada. El título designa la fobia a los viernes trece, pensado especialmente para este viernes, que es cuando sucederá. Este recital es un poco la excusa para tocar el EP Forfun (2019), un conjunto de cuatro versiones de espíritu punk. Proyecto surgido de imprevisto después de que la aerolínea que la llevaba al festival de Roskilde en 2018 haya perdido todos sus equipos,  excepto la guitarra que ella llevaba consigo. Después de varias idas y vueltas se presentaron de igual manera, solamente con su guitarra, un teclado y una batería que había en el escenario. Ese show se convirtió en un mito ya que tocaron versiones improvisadas y crudas que luego replicaron en el estudio, dando fruto a 4 versiones punks de sus propios temas.

Hija del cantante de tango Horacio Molina y la actriz Chunchuna Villafañe, Juana estuvo cerca al mundo artístico desde pequeña, aunque no fue hasta finales de los años 90 que comenzó su carrera musical de manera profesional, después de una primera etapa como actriz cómica con el programa Juana y sus hermanas de gran visibilidad en Argentina. Con el paso de los años Juana se afianzó en un estilo experimental que la llevó a convertirse en una de las figuras más importantes de la música nacional -con una poderosa influencia en las nuevas generaciones-, y de trascendencia internacional siendo reconocida como una pionera en la música experimental, reconocida por artistas como David Byrne y St. Vincent.

Por acá está mi casa, pasen, pasen dice Juana sacudiendo las botas en el piso de madera frente a la puerta. Detrás de unas cortinas, una casa soñada del bosque mezclada con detalles modernos y sencillos. Perros, gatos y mujeres trabajando, comparten el espacio sentados en el piso de un living que está por debajo del nivel de la tierra. Juana reunió a sus amigas para, entre todas, tejer parte del vestuario y la escenografía que el fin de semana se va a montar en el escenario. La tarea es la siguiente: cortar de medidas determinadas pedazos de plástico con burbujas, de esos que sirven para envolver objetos frágiles. De ese plástico hay que formar ramos que van a colgar de unas lámparas, otros tantos retazos van a ser el marco de todo el frente del escenario. Y por último la estrella de la noche: una falda larga confeccionada íntegramente de este material que va a usar mientras se desplaza entre el público. Esto podría resultar poco ortodoxo en relación al diseño de arte de un show, pero nada de lo que hace Juana responde a convenciones. En tantos años de trayectoria, nunca mantuvo diálogo con las modas vigentes, no adscribe a imperativos estilísticos, y menos obedece a los mandatos comerciales. Al contrario, solo responde a las influencias que se imprimieron durante su formación musical. 

En la cocina hay de todo para comer y tomar, su mano señala la mesa que desborda de alimentos caseros, entre todo se huele un bizcochuelo delicioso recién horneado. Juana forma comunidad, mujeres que entre mates, bizcochuelos, panes y mermeladas participan de un hecho artístico. Quizás es alguna reminiscencia de su exilio en París, a donde huyó con su familia para escapar de la última dictadura cívico militar argentina. 

Su música no parte de la simulación y repetición, sino de la perseverancia y la búsqueda constante dentro en un contexto de pocas referentes mujeres, lo que en retrospectiva se presenta como un acto político bastante radical. Como este simple acto de compartir con sus hermanas la confección y creación grupal de una parte importante de su próximo show.